Río Cuarto: la inedita disputa por la cabecera en 2019.

Rio Cuarto y su largo camino al cantonato.

La historia del territorio de Río Cuarto, es larga, rica y llena de particularidades. Los 254 km2 de Río Cuarto tuvieron el rango de distrito del cantón de Grecia durante casi 90 años, quedando totalmente aislados de esta, con el cantonato de Sarchí en los años cincuenta. Posteriormente, el sector norte del cantón griego fue finalmente desmembrado con el Decreto Ejecutivo que elevaría a cantón a los distritos de Upala, Los Chiles y Guatuso.

Río Cuarto sobrevivió como una especia de fósil viviente, de aquella configuración primigenia del mapa cantonal en la provincia de Alajuela. La práctica demostró que, a pesar de buenas intenciones, la administración de un territorio extenso y con características tan distintas a la porción griega del Valle Central, era una tarea innecesariamente compleja y mayoritariamente fallida. Así pues, durante mas de 15 años, las y los vecinos del lugar se organizaron para buscar la separación de Grecia y convertirse en cantón: ese camino sería una verdadera telemaquia.

Primero como el efímero deseo del cantón La Amistad (en asocio con el distrito de Sarapiquí del cantón de Alajuela) y luego por propia cuenta, el tránsito hacia el cantonato fue todo menos sencillo. Ir y venir de la Asamblea Legislativa, promesas de Diputados que se esfumaban con sus periodos en el primer poder de la República. Encuentros y desencuentros con la Municipalidad de Grecia.

Sería finalmente, con un proyecto del Diputado sancarleño Edgardo Araya, apoyado por casi una veintena de legisladores y votado con celeridad luego de un tortuoso trámite en comisiones, que Río Cuarto alcanzaría ese sueño, con la impronta del Presidente Luis Guillermo Solís, en mayo de 2017. 

Un nuevo modelo de cantonato.

El proyecto aprobado rompía en una parte importante con la tradición creadora de nuevos cantones. Normalmente, se erigía el nuevo cantón, con un solo distrito, del cual se iban creando los nuevos, paulatinamente. Era la costumbre, que el proyecto de creación, designara también la cabecera de la nueva entidad. Con mociones del Diputado Michael Arce, apoyadas por los legisladores, los distritos serían definidos por el Ministerio de Planificación, acorde a criterios técnicos (tres fueron los distritos creados) y la decisión sobre la cabecera sería adoptada por el voto popular en las primeras elecciones para autoridades municipales en 2020.

Con un análisis acertado, un grupo importante de personas del cantón, pujaron por un nuevo proyecto de ley para corregir, y que la elección de la cabecera se realizara antes de las elecciones municipales, liberando la decisión de un entrecruce poco oportuno de intereses.

Lo realmente valioso de rescatar aquí, es la ruptura de ese paradigma de las modificaciones político-administrativas, donde ya se incluyen componentes técnico-científicos y un criterio mucho más democrático.

La inedita disputa.

Como si a este punto, la historia de Río Cuarto no fuese ya bastante particular, debemos agregar que; el plebiscito que definirá la cabecera del cantón, será el primero en la historia costarricense en esta materia. En el pasado este tipo de mecanismos se han utilizado para crear nuevas provincias (fallidamente en 1916), para decidir a quien se incorporaba el caserío de La Tigra (el ganador fue San Carlos) o la destitución de un alcalde (casos de Pérez Zeledón o Paraíso). Por ende, la decisión que tome la ciudadanía riocuaterña influirá en su futuro como cantón, pero además suscitará el interés de toda la comunidad nacional.

Si bien, tres poblados están habilitados para participar en la carrera (las respectivas cabeceras de distrito), Río Cuarto y Santa Rita parecen luchar con más fuerza por la cabecera del nuevo cantón de Costa Rica. Todo esto deberá suceder en los primeros meses del 2019, y desde ya este pujante cantón tiene la enorme tarea de llevar a cabo una campaña analítica, reflexiva y cuidadosa con su futuro, además de consolidar en las urnas una alta votación que permita la mayor legitimidad posible al poblado que resulte vencedor.